El control de estos patógenos es difícil debido a su crecimiento endófito y a su persistencia en el suelo. Los métodos más utilizados para su control son la desinfección del suelo con biocidas y el uso de plantas resistentes. Durante los últimos 25 años se viene investigando intensivamente la utilidad de diversos microorganismos para el control biológico de hongos fitopatógenos, dentro de los cuales, las especies de Trichoderma han sido los más ampliamente estudiados. Trichoderma es un hongo imperfecto perteneciente a la subdivisión Deuteromicete que se caracteriza por no presentar un estado sexual determinado.

Las especies de Trichoderma son los microorganismos que con más frecuencia se aislan en los suelos agrícolas. Este hongo oportunista establece simbiosis avirulentas con la planta, actuando en ciertos casos como antagonista de hongos y bacterias fitopatógenas, invertebrados (insectos y nematodos) e incluso malas hierbas (Sarro et al., 2011).